25 de agosto de 2012

ES LA LUCIDEZ FRENTE A LA ESTUPIDEZ QUE EXISTE

Samia Yusuf Omar era una joven somalí de 21 años que tenía un sueño, ser una gran atleta. Compitió en los Juegos Olímpicos de Pekín con tal sólo 17 años y, a pesar de llegar en última posición, demostró que su ilusión y coraje eran más fuertes que las condiciones sociales y económicas que la rodeaban. Ella misma definió su participación como una experiencia bellísima y, pese a todas las dificultades, siguió entrenando en el 'estadio' de su ciudad para poder volver a participar en unas Olimpiadas.

Este verano, decidió alejarse del hambre, las guerras y la precareidad que vivía en su país, así como de todas esas voces intolerantes que la juzgaban y atacaban simplemente por el hecho de ser mujer. Luchó por encontrar un futuro deportivo y personal digno y viajó a Etiopía con la esperanza de encontrar un entrenador que la llevase de vuelta a unos Juegos Olímpicos. Pero las cosas no fueron como ella esperaba y, después de que su madre vendiera algunas pertenencias para poder financiar el 'viaje', Samia viajó hasta Libia. Allí tomó una patera que debía llegar a Italia, pero que nunca lo hizo.

El mar fue el último infierno que esta joven tuvo que vivir. Su meta era llegar a Occidente y pagó con su vida su tremendo espítiru de superación. 

Por desgracia, la historia de Samia no es la primera ni será la última. Este viaje tiene nombre y apellidos pero cientos de personas anónimas fallecen cada año en aguas del Mediterráneo con una única idea en la cabeza:  huir de un futuro vacío.

PONTE TÚ EN SU LUGAR: http://notelotomescomoalgopersonal.blogspot.com.es/2010/08/ponte-tu-en-su-lugar.html

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