10 de diciembre de 2012

CON LA COMIDA NO SE JUEGA

Acabo de terminar en ver el programa 'Con la comida no se juega' de ‘Salvados’, y es la excusa perfecta para escribir algo que hace mucho tiempo debí haber escrito.

Todos y cada uno de nosotros, desde que somos unos críos, hemos oído hablar del hambre en el mundo, o en África mejor dicho, de la miseria en muchos países como la India o de la dichosa beneficencia de Estados Unidos. Ahora parece que muchas de esas realidades ya no sólo las vemos por la tele sino que, por desgracia, las estamos sintiendo muy de cerca en nuestro país.


Gente que no lleGa a final de mes, gente que pierde su casa y tiene que seguir pagándola, gente que no tiene dinero para comprar ropa o comida… Gente que nos rodea, gente que hace no tanto tiempo vivía de forma holgada y ahora se encuentra en una situación dramática. Hace ya más de dos años que fui por primera vez a la Fundación Escuela de Solidaridad de Granada. Allí conviven personas que están pasando por una situación difícil y voluntarios que quieren colaborar en la medida de lo posible bajo el lema ‘Lo que guardé no lo tengo, lo que tengo lo perdí, sólo tengo lo que dí.’

En esta fundación las comidas se realizan de forma conjunta en el comedor, la inmensa mayoría de las veces con alimentos que se obtienen directamente de alguna entidad social. No es justo decir que yo y otros tantos voluntarios hemos podido comer gracias a esas organizaciones, porque sería muy egoísta por nuestra parte. Pero sí es cierto que mucha, mucha, mucha gente que conozco no ha pasado hambre por el simple hecho de que ha ido a ponerse a la cola en un banco de alimentos para tener algo que llevarse a la boca. Y gran parte de ellos no tienen ni 18 años, joder. Es así de duro. Una mañana fui a uno de esos bancos de los pobres. Pasta, legumbres, pañales....Por suerte lo hice por ayudar, no por necesidad. Y aún así... la sensación es muy jodida, de verdad. Algunos de ellos, niños, es la única realidad que conocen y la ilusión con la que salen corriendo a recibir al camión el día de reparto no es justa. Somos conscientes de que hay gente que pasa hambre, pero cuando conoces a esas personas, tu forma de entenderlo cambia totalmente.


A veces cuando hablo de este tema me acuerdo de tantos y tantos discursos que monjas de mi cole que habían estado en el Congo nos daban. Pero es que es tan crudo como real. A día de hoy, sabiendo que con la cantidad de comida que se desperdicia se podría alimentar a gran parte del planeta, esta fundación y tantas otras tienen auténticos problemas para poder obtener alimentos y otros materiales de primera necesidad. Los bancos de alimentos están prácticamente vacíos y la gente tiene que hacer horas de cola para poder recibir comida. Garbanzos, leche, fruta… no hablo de caprichos. Hablo de comida.

Como dicen en el programa de Jordi Évole, no es nada fácil tener que enfrentarse a una situación así. Keny Arkana defiende que la probreza no es deshonra, pero sólo si se vive con dignidad. Y esa dignidad la damos los ciudadanos, que no se nos olvide. No podemos perder eso; podemos perder un trabajo, podemos perder una vivienda… pero si perdemos la dignidad no la recuperemos en mucho tiempo. Y no podemos permitir que eso nos ocurra.


¿La solución? Muy complicada, es cierto. Pero todo empieza por la concienciación. Esto es insostenible, y si encima miramos para otro lado el problema es mayor aún. Tomemos conciencia y actuemos siempre sin olvidar a esta gente. En vez de comprar la fruta en las grandes superficies, comprémosla en el mercado más cercano. En vez de comprar regalos de Navidad de grandes marcas, compremos cosas hechas a mano por gente que conocemos. Demos nuestros viejos libros del colegio, o juguetes, a alguien que no pueda pagarlos. No tiremos los yogures el día que supuestamente caducan, hagámoslo cinco días después. Que nadie se va a morir, os lo aseguro. Y si no los vas a comer, llévalos a alguna organización de ayuda social que seguro que alguien lo recogerá encantado. 

Si no podemos colaborar directamente con una ONG enviando dinero o si no podemos viajar a un país africano para ayudar in situ, al menos hagámoslo en nuestra ciudad, en nuestro entorno… Que no hace falta coger un avión para encontrar gente que está sufriendo. Siempre lo he dicho, y lo repetiré hasta la saciedad, desde ‘arriba’ nos imponen muchas situaciones complicadas, pero si encima no nos ayudamos entre nosotros… Apaga y vámonos. 



3 comentarios:

  1. Con todo lo que tiramos por: fruta y verdura con mal aspecto (viste el señor que explicaba lo de sus mandarinas?), en lugar de sabor y calidad buscamos que sea bonito, todo igual (ale, alienados estamos); lo que caduca es relartivo (el tema de "consumir preferentemente", un truco de las multinacionales para que tires y consumas más...no es fecha de caducidad, porque la verdad es que no se estropea, es falso"); yogures caducados...si no tienen moho ni estan acidos, puede durar incluso una semana o dos después....

    Te paso un repor, es en catalan (pero el doblaje, la versión original es en francés ;) ) que explica como se tira la comida, y como hay super mercados que destruyen excedente (cajas con golpes que la gente no quiere, cosas que faltan 4 dias para caducar, etc...) porque no quiere que nadie, ni los pobres, lo puedan reutilizar...ahora he pensado en el clip que me pasaste ayer....

    aquí te lo dejo, vale la pena
    http://www.tv3.cat/30minuts/reportatges/1823/El-menjar-que-llencem

    ResponderEliminar
  2. aix, dice que no se puede ver fuera del Estado español :(

    ResponderEliminar
  3. ¡Bien dicho! La idea es que todo el mundo tenga conciencia del hecho y cada uno ponga lo que pueda. Justo hoy iba a hacer una entrada al respecto.
    ¿Conoces reyesmagosdeverdad.org? Yo voy a probar este año
    Un beso Carlotius!
    Te veremos estas Navidades?
    xx

    ResponderEliminar