3 de noviembre de 2014

SOY ESPAÑOLA PERO MI CORAZÓN ES TANGERINO

Ella es Ana, una gaditana atrapada en la rutina inglesa que el año pasado dejó el estrés de la gran ciudad para trabajar en Marruecos en un centro de acogida para niños de la calle.

"Londres. Una llamada con el prefijo +212. Una necesidad total de abandonar el país de la lluvia y la oscuridad, la alienación y el vivir para trabajar, las comidas apestosas en un autobús o el metro, y la vida dentro de cuatro paredes. Fue un sí, un sí a la libertad. Me arriesgué aunque no sabía lo que aquello iba a cambiarme a nivel personal, mental y hasta físicamente (tantas cuestas para subir y bajar a casa se compensaba con esas deliciosas comidas a todas horas).

Yo ya había sido educadora de menores inmigrantes no acompañados procedentes de Marruecos, en su mayoría. Esa era la relación que yo tenía con Marruecos: chavales "busca vidas", revoltosos, a mi parecer mal educados en muchas ocasiones, a los que tenías que insistirles para que usaran un cubierto...


Mi trabajo en Tánger consistía en ser educadora en un centro para menores que han pasado una situación de calle o que son un blanco perfecto para acabar así. Y, aunque eran turnos de 24 horas, luego tenía muchos días libres a la semana. Los tres primeros días tuve que pasar un período de prueba/formación. Por lo que no vi absolutamente nada. La sorpresa llegó cuando uno de mis chicos del centro de acogida de España, que había cumplido su mayoría de edad hacía unos meses, me llamó invitándome a enseñarme Tánger, la ciudad de la que tanto me había hablado, y de su familia, a la que había pasado cuatro años sin ver, por su minoría de edad, y que tanto había echado de menos.

Desde que entré por la puerta de su casa supe que aquella era mi familia. Todo eran agradecimientos, buenas palabras, risas y un cous-cous que me supo a gloria. Pasamos una tarde estupenda y luego, como es costumbre en Marruecos, me invitaron a quedarme a dormir. Lo que iba a ser un paseo turístico por la ciudad se convirtió en tres días de convivencia en aquella casa, en aquel barrio. Me invitaron a pasar mi primera fiesta del cordero con ellos, me llamaban cada día que trabajaba o no podía ir a casa, me invitaron a bodas, hablaban bien de mi a sus vecinos...


Ahí fue donde empecé a conocer el verdadero Marruecos, a aprender árabe sin quererlo, a gozar del tiempo sin prisas (algo que olvido cuando salgo de allí), a ver el sol esconderse desde los mejores lugares que podáis concebir, a salir a la puerta de la calle todas las veces que podía, a embelesarme con la vida humana, con el juego de los niños en la calle, con la risa contagiosa... Y es que ese podría ser mi resumen de Marruecos: la vida, tal y como es. Un niño que hace una trastada y otro adulto que no sea su progenitor pueda tirarle de una oreja si hace falta, una claridad del alma. El barrio es algo que me conmueve. Puedes hacer toda tu vida en tu barrio desde que naces hasta que mueres. Ser de ese barrio en cuestión te determina, te dice quién eres, quiénes serán tus amigos, cuántas habitaciones tendrá tu casa y, posiblemente, de dónde será tu esposa, esos centros sociales por excelencia de tu barrio donde te cortan el pelo, tu "baqaal" (porque vas al que te corresponde, no a otro), esas luces navideñas que cuelgan desde la azotea para recordarte dónde es la boda que te toca este fin de semana, los "play" donde todo es legal... 


Mi situación económica no me permitió conocer muchos lugares, pero aprendí lecciones que me sacudieron para siempre. Muchas de ellas, tras la vida en el pueblo. Cuando digo "pueblo" digo una casa aquí y la otra a paseo, digo sin electricidad en muchísimas casas y agua en ninguna. Ver que el hijo pequeño falta al cole de vez en cuando para ayudar a su mamá, ir a por agua, sacar el ganado, ir a la ciudad a por víveres... El Marruecos más duro, más auténtico, más real.

Siempre digo con ese acento: "Ana sbanioliya, welakin l9alb dyali tanjawi". Que viene a ser "soy española pero mi corazón es tangerino". Y es así. Fuera de allí nunca me siento llena porque siempre me falta eso, mi Tánger. Son tantas cosas que me daría para escribir cientos de entradas más pero que me conformo leyendo todo lo que Carlota hace y dice por mí. Lo que escribe es lo que pienso, lo que siente es lo que siento. Gracias por darme la oportunidad de transmitir un 5% de lo que he vivido en mi paraíso terrenal.


¡Dima Maghreb! Viva drari tanjawi o di lhawma di chouk."


Si quieres que tu historia también aparezca por aquí sólo tienes que pedirlo. Ponte en contacto conmigo e intentemos entre todos, desde nuestra experiencia personal, transmitir la realidad, buena y menos buena, de Marruecos.

17 comentarios:

  1. Me da alegria leer esto sobre mi ciudad de una española oleee tu u vivaa tanjawa u charbendiban

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  2. Ana sbailoka...pero corazon tanjawi...q buena me ha encantado

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  3. Mi Tánger ..como la echo de menos !!

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  4. ¡Mi hawma d chouk!

    He leído el nombre y mis ojos se han llenado de incontrolables lágrimas.

    Leer este tipo de historias, al menos a mi, me llena de ilusión y esperanza. Sabes que no me canso de darte las gracias por lo que haces Carlota, y ahora también de se las doy a Ana. Shokran a khuti, shokran!

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  5. Ostiaaaaa di hawma d xok amegaaaaa yo soy de ahi hahahahahaha q coincidencia:) encima en la ultima foto a la derecha esta mi house hahahaha :) #meencanta

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  6. Nayinator Piruletamartes, noviembre 04, 2014

    Preciosa historia. Me emocionan estas vivencias personales. Qué ganas tengo de ir y vivirlo yo misma. *-*

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  7. Belén de Javier Valdésmartes, noviembre 04, 2014

    los pelos de punta...sin palabras

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  8. Yo también me iría

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  9. Soy una enamorada más de Marruecos y lo hecho mucho de menos. Gracias Carlota por tus comentarios.

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  10. Marruecos engancha y enamora a primera vista !y si te topas con un marroqui en el camino te cambiara la vida,tu vida dara un giro de 100 grados como me sucedio a mi...Alhamdullillah¨!

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  11. Ana, me ha emocionado tu entrada. Sí, creo que yo también sentí algo así cuando fui a Marruecos. También me enamoré.
    Primero de Marruecos y luego de Senegal. Como tú decías; "de la vida, tal como es". De todos modos, hace un par de años a causa de unos problemas de salud, tuve que dejar mi sueño de viajar y vivir fuera de España para reencontrarme con mis raíces, mi tierra, mi barrio, mi familia y te puedo asegurar que no hay nada que admires, añores o te haga sentir viva que no puedas encontrar en tu entorno, en tu familia, en tu barrio, en el patio de tu casa, en los niños jugando en tu plaza, en las historias familiares propias o ajenas. Todo es lo mismo, en todos los sitios. Es cuestión de darse permisos para disfrutar, dejar pasar el tiempo, conocer y reconocer a la gente que tienes cerca. Siempre que me reconozco añorando algo o fantaseando con algo de fuera, abro los ojos y lo busco cerca, dentro. Es otra manera de viajar cerca de casa. Una verdadera aventura!!

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  12. Para mi te has convertido en ese alma libre que se empapa de los pequeños detalles de la vida. Siempre hubo un lado de esa Ana sencilla y cercana a cualquier clase y cultura, sin duda tu carrera fue devoción aunque no deja de sorprenderme todo esto. Has crecido, has cambiado y has descubierto el camino que te hace encontrarte. Estoy orgullosa de ti, amiga pero no olvides de donde vienes.

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  13. Vaya, parece que guardáis bastante paralelismos Carlota y tú! Resulta curioso que el rechazo a Londres te hiciera volverte a picar el gusanillo de Marruecos, como a ella. Creo que, para bien, un español se siente más identificado con el estilo de vida marroquí que con el de las grandes urbes europeas. ¡Enhorabuena por la decisión que tomaste!

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  14. Piedad de la Torremartes, noviembre 04, 2014

    Me alegra que hayas vivido esa experiencia de contraste, la civilización de la urbe londinense , de la que terminaste hastiada y la dura realidad de las carencias vividas y compartidas en marruecos, no hace falta preguntar por lo que se desprende en tu relato, calidad humana,comprensión y cariño no te han faltado, a ver si aprenden aquellos que todo lo miden con los signos externos del materialismo. Que superficiales e ignorantes

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  15. Me encanta la historia!!

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